INSTRUCCIONES DEL RITUAL
Instrucciones del Ritual
La vela que vamos a utilizar para todos los rituales con los nombres de Dios es la vela blanca, que debidamente ritualizada y consagrada, es una herramienta muy poderosa, ya que representa la iluminación espiritual y la protección divina. No debemos utilizar velas de otros colores, ya que nuestro trabajo está puramente enfocado en la Luz.
Respecto a las formas, vamos a utilizar las velas comunes, hay variaciones de altura y anchura, pero hablamos de las clásicas velas redondas y alargadas. El tamaño que recomendamos para nuestros rituales es el de la vela de entre 15 a 20 cm. de altura y 7-8 de ancho. Las puedes encontrar en infinidad de tiendas, hoy en día.
Las velas de mayor calidad son las de pura cera de abeja, o que incorporan entre sus componentes cera de abeja, ya que favorecen una combustión más lenta y una escasa emisión de humos. Sin embargo, debido al alto precio de la cera de abeja, te recomendamos que uses las velas de parafina que son las más comunes y que podrás encontrar muy fácilmente en el mercado.
La cuestión de cómo encenderlas y apagarlas, también es un punto importante; las velas deben encenderse con fósforos de madera, NO con encendedores y para apagarlas, idealmente debe usarse un “apaga-velas” o en su defecto, se puede utilizar una cucharita de café, por ejemplo. Nunca apagar las velas soplándolas, el acto de soplar las velas se considera un acto violento que interrumpe la energía que se ha estado trabajando en el ritual.
Una vez encendidas y durante la velación, se aconseja dejar las velas en un lugar donde no haya peligro de incendio. Sobre todo, presta atención a lo que está por encima de la llama, no enciendas la vela en un lugar que esté en medio de corrientes de aire o cerca de otros objetos cercanos que hagan caer la vela si hay corrientes de aire, como puertas y ventanas. Se aconseja ponerlas sobre un plato plano para que si se derrama la cera no manche innecesariamente elementos como mesas, manteles, cortinas y moquetas.
En general, a la hora de encender las velas es importante hacerlo con intención, las intenciones son decretos y, para eso, deben hacerse en forma afirmativa. Nunca utilizar la negación, es mejor decir: “deseo que mi vida se llene de Gracia” en vez de decir: “deseo que No venga a mi lo negativo”.
Todas las velas que vayas a usar en el ritual deberás prepararlas con antelación, para que cuando llegue el momento de encenderlas, para tu velación, ya estén listas para hacer la petición que necesitas, poniendo toda tu atención y enfoque en la unción de la misma y la oración al ángel.
Para ello, antes que nada, deberás consultar la ficha del ángel al que quieres invocar, contenida en esta guía, y grabar las 3 letras del Nombre de Dios en la vela, es decir, deberás reproducir la forma de las 3 letras hebreas en la superficie de la vela mediante huecograbado.
La manera de hacerlo consistirá en usar algún punzón, un palito con la punta afilada, un mondadientes por ejemplo o un palillo de los que se usan en los restaurantes de comida asiática al que le puedes afilar la punta con un “cutter”. Este tipo de herramienta es aconsejable que sólo la uses para estos menesteres y las conserves en tu altar, en un lugar en el que tengas el resto de objetos que sueles usar para el ritual. Sé consciente de que, todo lo usado en tu trabajo con los ángeles, queda cargado energéticamente con la Luz de la Gracia y hay que tener un respeto y cierta solemnidad con las herramientas, los aceites, los apuntes, etc.
Para “huecograbar” la vela, deberás tumbarla, haciéndola reposar sobre la superficie plana de una mesa (te recomendamos que, debajo de la misma pongas un paño, mantelito o tela, a poder ser de algodón, para que la vela descanse sobre una superficie mullida, con el objeto de que no se mueva cuando la estés grabando y para no ensuciar la mesa).
Coloca la vela con la mecha a tu derecha y empieza a grabar de derecha a izquierda, es decir, desde la mecha a la base de la vela (recuerda que en hebreo se escribe y lee de derecha a izquierda). Entonces toma la primera letra de la derecha del Nombre de Dios que hayas elegido y grábala, en primer lugar, luego la de en medio y por último la de la izquierda. (ver ejemplo en la imagen).
Mientras grabas la vela, hazlo con plena conciencia y disposición, en actitud receptiva. Tu deseo debe enfocarse en la idea de que tanto tú como la vela seáis llenados por la protección de la GRACIA, la LUZ y el AMOR de DIOS. Reza una oración, recita tu mantra preferido, canta una canción de agradecimiento, canta un armónico si sabes cómo. Si no se te da bien ninguna de estas cosas, ponte una música relajante que te ayude a elevar la conciencia. Se trata de hacer esta labor con plena atención y cuidado devocional. Cada elemento del ritual es sagrado y lo primero y más importante es la actitud y tu estado de conciencia.
Para los que, como yo, os gustan las cosas estéticamente bonitas y cuidadas, podéis repasar la línea del grabado con pintura para cristal, que se vende en tiendas de bellas artes en tubo. Los hay de varios colores, pero debéis usar el dorado, que también lo hay en distintos tipos de oro (no importa que tipo, el que más os guste). Los más conocidos son los de la marca “PEBEO”. Ni que decir tiene que este proceso no es necesario para la efectividad del ritual, pues lo determinante es grabar las 3 letras del Nombre de Dios en hebreo.
MÉTODO PARA HUECO GRABAR LAS VELAS CON LOS NOMBRES DE DIOS.
Para que podamos hueco-grabar las velas fácilmente vamos a usar la tipografía de un alefato hebreo estilizado, también llamado “cuadrado”, pues las letras hebreas, tal cual las vamos a ver representadas en las fichas de este libro, aunque son perfectas para nuestro proceso de visualización y meditación, no son las más adecuadas para hueco-grabar las velas.
Verás que la tipografía que te proporcionamos está confeccionada con líneas simples y geométricas y su aplicación es infinitamente más sencilla, teniendo el mismo efecto para el ritual.
Para escribir correctamente en hebreo, es necesario visualizar dos líneas imaginarias, una arriba de las letras y otra debajo, delimitando el espacio intermedio en donde deben encajar, que representan el cielo y la tierra, respectivamente. Las letras hebreas representan estados de conciencia iniciáticos y, por tanto, son una expresión de la relación entre lo divino y lo terrenal, donde cada letra actúa como un puente entre estos dos reinos.
Algunas partes de las letras, como verás, pueden sobrepasar estas líneas imaginarias, representando la necesaria conexión con el cielo o la tierra, según corresponda. Cada letra tiene su propia personalidad y representa una idea particular, por ejemplo, la letra Aleph, que es la primera letra del alfabeto hebreo, representa el aliento de Dios, la fuerza creadora que da vida al mundo. La letra Beth, en cambio, se asemeja a una casa o un templo, lo que simboliza la protección y la seguridad.
Al escribir en hebreo, es importante tener en cuenta que hay 5 letras que tienen una forma diferente cuando se utilizan al final de una palabra, estas letras son conocidas como “Letras Sofit”. Por ejemplo, la letra Kaf final (Kaf Sofit) es diferente a la letra Kaf normal. La forma final se utiliza únicamente al final de una palabra y tiene un significado simbólico que es distinto al de la letra normal.
El hebreo cuenta con cinco letras sofit:
Mem sofit (ם)
Nun sofit (ן)
Tzade sofit (ץ)
Phe sofit (ף)
Kaf sofit (ך)
Estas letras finales corresponden a sus homólogas regulares:
Mem (מ)
Nun (נ)
Tzade (צ)
Phe (פ)
Kaf (כ)
Al tratarse de formas específicas para las posiciones finales de las palabras, las letras sofit no alteran el sonido.
No debes preocuparte por esto, nosotros te lo vamos a dar todo hecho para que no tengas que pensar que letra debes dibujar en cada caso, pero consideramos necesario que tengas este conocimiento para que sepas lo que estás haciendo.
En las siguientes láminas podrás observar la representación de todas las letras hebreas que vamos a usar para hueco-grabar las velas, a excepción de la letra “Gimel”, que no forma parte de ninguna de las 72 combinaciones asociadas a los Nombres de Dios. Esto se debe a que, según la tradición de la Kabbalah, esta letra es la misma con la que se escribe la palabra “Gaavá”, que en español significa orgullo, y hemos de ser conscientes que el trabajo con los 72 Nombres de Dios es una herramienta de la misericordia y la gracia de Dios, que es, a todas luces, contraria al orgullo que encarna la búsqueda de la auto satisfacción egoísta. Por todo lo cual, el trabajo con los Nombres de Dios no tendrá éxito si los trabajamos desde la búsqueda de poder personal o de logros egoístas.
- LÁMINA 1 -
Representación de todas las letras hebreas, a excepción de la letra Gimel, representadas entre dos líneas (cielo-tierra). Esta lámina tiene por objeto que seas consciente de como tienes que representar las diferentes letras y para que sigas el mismo patrón gráfico a la hora de hueco grabarlas en la vela. Verás que en esta lámina hay representadas ciertas letras que traspasan las líneas cielo-tierra que deberás tener en cuenta a nivel caligráfico cuando las representes, imitando el mismo patrón.
- LÁMINA 2 -
Comparativa de las letras hebreas que encontrarás en las fichas y su equivalente en el alefato estilizado que deberás utilizar cuando hueco-grabes las velas.
El factor más importante para la realización de un ritual con velas es el “vestir” o “ungir” la vela, es decir, la acción de untarla previamente con aceite consagrado. A través de esta acción, la vela, que es un elemento profano, pasa a constituirse en un elemento sagrado.
Todas las velas, independientemente de cómo estén hechas y en dónde se hayan comprado, deben ser ritualizadas. Para ello necesitamos ungirlas con el aceite que mejor se ajuste al propósito de nuestra petición.
La manera de ungir (untar) o “vestir” una vela debe realizarse como cada uno sienta hacerlo, volvemos a insistir en la importancia de la intención honesta y la pureza de un corazón abierto. Puede ser que en el momento de ungir la vela estés en un estado de trance, de conexión espiritual intensa, con los ojos cerrados o en cualquier otra forma de conciencia alterada, y en ese momento es importante fluir con la emoción que estés experimentando y es probable que tu intuición te guíe en el proceso.
Para los que necesiten una guía más específica, nosotros recomendamos verter una pequeña cantidad del aceite elegido (3-4 gotas) sobre las puntas de los dedos de las manos, y vamos ungiendo la vela desde la base a la mecha y viceversa. Según vamos procediendo al ungido con la vela de pie, al girarla para completar la unción, lo hacemos en el sentido de las agujas de reloj hasta dejar toda la superficie untada de aceite esencial.
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Mientras unges la vela has de ir diciendo alguna oración adecuada:
Por ejemplo:
“Limpio y consagro esta vela en nombre de “NOMBRE DEL ÁNGEL” para que me sea propicia y favorable y me pueda servir con eficacia en mis peticiones. Ahora ya no eres una vela, eres mi cuerpo y mi alma”
Si es una petición para otra persona:
“Limpio y consagro esta vela en nombre de “NOMBRE DEL ÁNGEL” para que me sea propicia y favorable para “NOMBRE Y APELLIDOS DE LA PERSONA A QUIÉN VA DIRIGIDO EL RITUAL“ y le pueda servir con eficacia en sus necesidades. Ahora ya no eres una vela, eres el cuerpo y el alma de NOMBRE Y APELLIDOS DE LA PERSONA A QUIÉN VA DIRIGIDO EL RITUAL“.
Con este procedimiento, ya tendrás ritualizada y consagrada tu vela para el trabajo que vayas a realizar y recuerda que la vela ha de ungirse por completo.
Pasos del ritual
La técnica requiere que primeramente entres en un estado de relajación interior lo más profunda que puedas. Para ello, y antes de empezar cualquier ritual, te recomendamos persignarte (hacer la señal de la cruz sobre la frente, el pecho y los hombros), con esto estás estableciendo una protección especial sobre ti, dejando claro que tienes una intención en la que te pones bajo la protección de la Luz, (puedes visualizar una cruz de fuego o de luz dorada incandescente que una vez persignado queda en ti de forma permanente a lo largo de todo tu cuerpo).
A continuación puedes realizar varias respiraciones profundas (siempre en número impar 3,5,7,9...). Para ello, y en una sola inhalación, inspiras el aire lentamente sólo por la nariz, como si te lo estuvieras tragando, llevándolo hasta la base de tu barriga y llenándote completamente hasta que llegues a los pulmones, que también los llenas completamente hasta que no puedas llenarte más. Al mismo tiempo visualizas que el aire que inhalas lo tomas de un chorro de luz dorada proveniente del cielo, que entra por tu chakra coronal, y te dejas llenar de esta luz amorosa y protectora; visualizas todo tu ser lleno de esta luz dorada, que va llenando todas las zonas de tu cuerpo físico y sutil (tu aura), sobre todo en aquellas partes en donde presientas o intuyas que hay sombras o desarmonías y visualizas que se van llenando de esta luz y de esta armonía que estás recibiendo de la GRACIA de Dios.
Una vez estés lleno de aire, no lo sueltes inmediatamente, lo retienes unos segundos, visualizando que la luz que has inhalado lo llena y lo armoniza todo en tu ser, y antes de exhalar haz una pequeña inhalación y exhalas todo el aire sólo por la nariz, en un solo tiempo hasta descargarte completamente. Cuando exhales, debes hacerlo visualizando que te descargas completamente de pensamientos negativos, preocupaciones, miedos y de la energía densa y oscura de todo tu ser. Al mismo tiempo, mentalmente, visualizas como si abrieras un portal (etérico), justo debajo de ti, y visualizas cómo toda esta energía densa y oscura sale por los chakras de tus pies directamente al centro de la Tierra, en donde a través de su núcleo incandescente se queman y transmutan esas energías negativas (esto es muy importante para no dejar tu entorno sucio energéticamente). Luego vuelves a cerrar ese portal etérico mentalmente (asegúrate de hacerlo); esta parte ocurre en un instante, no hace falta recrearse en esta visualización, ocurre instantáneamente porque así lo decides.
Este proceso de relajación y visualización lo puedes repetir en varias ocasiones hasta que sientas que entras en un estado de paz y distensión consciente. En ningún momento debes perder la atención plena y la concentración en lo que estás haciendo y debes evitar relajarte tanto que puedas entrar en dormitación. Se trata de hacer una práctica consciente.
Al principio, quizá te cueste un poco, pero cuando lo hayas practicado unas cuantas veces, sólo con tres respiraciones profundas o simplemente con una, será suficiente para entrar en este estado, que ya tendrás interiorizado, y verás cómo se activa de forma automática en ti. La visualización con la práctica se automatizará también y todo ocurrirá simultáneamente de forma natural. Esta habilidad te será muy útil en tu vida diaria cuando necesites hacer un “Break”, para relajarte y descargarte de negatividad; lo puedes hacer en cualquier lugar y en cualquier momento, no importa si estás en el metro, en una sala de espera, haciendo cola o en un alto en tu trabajo, una vez lo tengas interiorizado te permitirá activar este estado de forma automática. Se trata de una protección inmediata frente a cualquier situación de conflicto a la que puedas estar sometido (si estás en un sitio publico la persignación la puedes hacer visualizando la cruz de luz sobre ti y decretando que permanece encendida de manera permanente*).
* Cuando activamos la Cruz de fuego debemos ser conscientes de que su efecto puede durar unas 2 horas, pasado ese tiempo hay que reactivarla con una nueva visualización.
Sin duda, si eres practicante de yoga o meditación, o tienes práctica en otras técnicas de visualización y sugestión, te será mucho más fácil entrar en este estado de tranquilidad. Lo importante es establecer esta predisposición para estar en un estado de trance consciente.
Para empezar cualquier ritual de magia blanca es recomendable hacer una apertura con una pequeña oración; con esto estamos estableciendo la intención de nuestro trabajo, al mismo tiempo que nos ponemos bajo la guía e inspiración de la Luz y solicitamos protección para que todo aquello que hagamos mal sea corregido por los ángeles.
Hemos de ser conscientes que el camino de la magia blanca requiere, como ya hemos dicho, voluntad de servicio, amor desinteresado y entrega al prójimo, además de ser conscientes que sólo somos medios o instrumentos de la Luz, que es la que verdaderamente realizará el milagro en nosotros o en la persona, personas o situación a la que estemos dirigiendo nuestra petición. Tiene que quedar muy claro que es nuestra actitud humilde y consciente, y la honestidad de nuestra intención, la que hace que se activen de manera eficaz nuestras peticiones.
Por eso, realizamos una oración inicial, para establecer esta conciencia de humildad, en la que estamos diciéndole al Cielo: “Soy consciente de que yo sólo, sin la Luz no soy nada”.
Tenemos que dejar a un lado la autoimportancia y el ego para ponernos al servicio de la Luz Divina (nunca olvides esto, es muy importante, y es la base para convertirse en un verdadero mago blanco), recuerda que los misterios se protegen a sí mismos. Si lo que te mueve es el amor y el servicio a los demás, entonces todos los misterios se te abrirán para el mayor bien de la humanidad, si no, perderás tus capacidades en un soplo.
La oración debe ser a tu gusto, sólo te daremos algunas recomendaciones para que sigas una cierta estructura, lo más importante es que hagas la oración desde el corazón.
LA ESTRUCTURA DE UNA ORACIÓN NORMALMENTE DEBE CONSTRUIRSE COMO SIGUE:
- Nos persignamos.
- Invocación: Podemos empezar por decir: En el nombre de… (por ejemplo: de la Luz, o bien del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, o bien del Amor de Dios, o bien de los ángeles del Cielo, o bien de la luz de Cristo, etc.). Sea como sea, una oración debe empezar invocando una fuerza divina superior (usa aquella con la que te sientas más cómodo, pero nunca una fuerza que esté por debajo de las aquí expuestas).- También podemos empezar diciendo: Padre-Madre escucha mi plegaria y deja que mi llamada llegue hasta ti…
- Devoción: Debe continuar con una parte devocional (por ejemplo: tú que eres la bondad y la esperanza para todos los seres humanos, o bien, tú que traes la luz y la esperanza para este mundo, o bien tú que eres mi guía y mi verdad, etc. (lo que te salga de manera espontánea es lo mejor).
- Ruego: Aquí pedimos lo que sea que sintamos (tratemos de dejarnos llevar) pero yo recomendaría pedir ayuda para que el ritual que vamos a realizar salga según la voluntad de la Luz, por ejemplo: “te pido que me ayudes para que todo salga según tu voluntad y que corrijas todo aquello que yo no haga de forma correcta”, y terminamos con un“amen”.
Insisto en que esto es una propuesta y la compartimos, sobre todo, para aquellas personas que sientan que necesitan una guía más exhaustiva y puedan tener una base en la que apoyarse. Pero es importante destacar que una oración hecha desde el corazón con una intención bondadosa, honesta y pura, rezada con entrega y pasión, llegará siempre donde tienen que llegar y hará su efecto.
La invocación del Nombre de Dios requiere, una toma de contacto con su frecuencia vibratoria y para ello empezaremos por visualizar las letras hebreas del Nombre de Dios con el que quieras trabajar y que podrás encontrar en la ficha correspondiente al ángel que lo representa.
La técnica consiste en visualizar cada letra por separado empezando por la del lado derecho (recuerda que en hebreo se lee de derecha a izquierda). Debes visualizar cada una de las tres letras detenidamente, recalando en todos sus detalles y formas hasta que puedas visualizarlas con los ojos cerrados, es decir, pones tu atención plena en la observación de cada una de las letras hasta que, poco a poco, las puedas visualizar, con el máximo detalle posible, con los ojos cerrados. Cuando ya tengas los ojos cerrados, si necesitas abrirlos para reforzar tu visualización, puedes hacerlo tantas veces como necesites hasta que ya no te haga falta porque la imagen mental se sostiene en tu interior (siempre yendo de derecha a izquierda en cada nueva visualización).
Visualizar las letras en color blanco sobre un fondo negro se hace con toda la intención, pues con la práctica te darás cuenta que, al cerrar los ojos, se produce de forma natural un efecto contrario. Es decir, verás las letras en negro sobre fondo blanco. En cualquier caso, cuando ya puedas retener la visualización de las letras con los ojos cerrados imagina un fondo blanco con las letras en negro (te será fácil porque es lo que debe ocurrir de forma natural, pero quizá debas ayudarte forzando un poco la visualización al principio).
Simultáneamente a esta visualización, deberás pronunciar el nombre de cada letra, en el orden descrito (de derecha a izquierda), del Nombre de Dios que quieras invocar. Una vez tengas los ojos cerrados, sin dejar de pronunciar el nombre de las letras en una cadencia regular, como si de un mantra se tratara, empezarás a visualizar cómo cada letra empieza a llenarse de luz dorada incandescente e irradiante. Sin dejar de repetir el mantra con la pronunciación de las tres letras debes consolidar la visualización del Nombre de Dios en letras doradas incandescentes e irradiantes en toda su gloria, belleza y poder y sentirás que la presencia de la Luz divina se está manifestando en tu interior; debe llegar un momento en que el Nombre de Dios se sostenga por sí mismo en tu visualización mientras sigues pronunciando el mantra.
Recuerda que estás activando la luz del Nombre de Dios en tu interior. La primera letra es el polo positivo, la segunda actúa de polo negativo y la tercera es una toma de tierra para que pueda manifestarse en tu realidad física.
Una vez hayas completado la visualización y la pronunciación de las letras hebreas del Nombre de Dios que has elegido, vas a proceder a encender la vela. Recuerda que el encendido debes llevarlo a cabo usando cerillas de madera (en el caso que no dispongas en ese momento de cerillas o te sea imposible conseguirlas, puntualmente y como excepción, puedes encender la vela con lo que tengas a mano, pero recuerda tener preparado un kit con todo lo necesario para tu ritual antes de empezar).
Para encender la vela hazlo con una intencionalidad amorosa, devocional y consciente, estamos llevando a cabo un ritual en el que estamos diciendo al universo que nos ponemos a disposición de la Luz y que nos sometemos a su voluntad, es un acto de fe y entrega en donde decidimos confiar nuestra petición a las fuerzas angélicas divinas. Para ello, te aconsejamos que antes de encender la mecha de la vela, hagas un signo de la cruz con la cerilla, sobre la mecha (puedes pronunciar: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo), si no eres cristiano y no te sientes cómodo que esa simbología y palabras, puedes usar un símbolo e invocación equivalente según tu religión o tus creencias.
Lo importante es la intencionalidad y la actitud con la que se hacen las cosas, pues activamos una frecuencia vibratoria y eso es exactamente lo que activa el ritual y la misericordia de Dios y te aseguro que este no da prioridad a ninguna creencia, ideología, religión o doctrina, solo escucha el corazón honesto y humilde.
También puedes hacer una pequeña oración, durante el encendido, con el enfoque proyectado en solicitar la luz divina: Por ejemplo: “enciendo esta vela como símbolo de mi anhelo por la luz, a la cual sirvo y me entrego con toda mi alma, toda mi intención y todo mi corazón”.
NOTA IMPORTANTE: Para las peticiones que realices con los 72 Nombres de Dios, debes dejar arder la vela hasta que se extinga por completo. El ritual que has llevado a cabo tiene como objetivo solicitar luz, ayuda, conciencia, sanación o bendiciones para un asunto importante en tu vida, ya sea para tu evolución personal, sanación o resolución de una situación negativa que estés enfrentando. Por esta razón, es necesario pedir luz para dicha situación y permitir que la vela se consuma en su totalidad.
Cuando la vela se haya apagado totalmente y la cera se haya solidificado, deberás tomar los restos de cera que hayan quedado (incluso rascando los trocitos pegados en el plato) y hacer una pequeña oración de gratitud, solicitando que toda la energía sagrada que todavía esté en la cera sea devuelta al universo para que quede totalmente libre de energía. Este acto de “desconsagración” es importante, pues no debes tirar a la basura un objeto sagrado, es decir, algo que todavía contiene la energía de lo sagrado. Una vez hayas procedido a este pequeño ritual ya podrás deshacerte de los restos. Hay quien los guarda en una bolsa y cuando tiene ocasión, los entierra en la tierra, como un acto de amor para consagrar la Tierra (la Pachamama).
Una vez hayas encendido la vela, debes proceder a realizar el canto devocional del nombre del ángel correspondiente, de tal manera, que puedas conectar con tu sentimiento devocional para entregarte a ser receptor de su luz y de su gracia.
Para ello puedes encontrar tu propia armonía, si te surge de manera espontánea; si no te sientes capaz al principio, puedes hacer vibrar el nombre del ángel sílaba a sílaba, poniendo énfasis en las vocales de cada una de ellas.
Ejemplo con SHEHEIAH.
SHE-E-E-E-E-E-E-E-E-E-E-E-E-E-E
HE-E-E-E-E-E-E-E-E-E-E-E-E-E
I-I-I-I-I-I-A-A-A-A-A-A-A-A-A-A-A-A-A-H-H-H
En mi experiencia te puedo decir que, si te dejas llevar, sentirás como te surge cierta melodía al hacer el canto devocional del nombre del ángel; déjate llevar por lo que sientas en tu interior, si no es igualmente válido hacer vibrar el nombre del ángel sílaba a sílaba.
En cada una de las fichas de los ángeles encontrarás escrito en hebreo un versículo que ha sido extraído del libro de Los Salmos, que es uno de los libros del Antiguo Testamento, atribuido al Rey David.
Los Salmos son una colección de 150 poemas sagrados que contienen alabanzas y oraciones a Dios. El título de ese libro en hebreo es “Telhillim” que significa “alabanzas”; su título en griego es Salmos, que quiere decir “cantos”.
Según el gran Maestro de Kabbalah Albert Gozlan, que ha realizado una profunda investigación acerca de los códigos secretos escondidos en los Salmos de la Biblia, los 72 Nombres de Dios están contenidos en determinados versículos de los salmos del Libro del Rey David, así, cada uno se corresponde con un versículo contenido en uno de los Salmos. Albert nos ofrece esta maravillosa sabiduría y, al trabajar con el Nombre de Dios correspondiente, nos exhorta a cantar o, simplemente pronunciar el texto del versículo, para calentar el corazón y como dice él, “Abrir las puertas del cielo” de esa fuerza divina.
La razón por la que leemos un versículo concreto de los Salmos para invocar a un Nombre de Dios es porque dentro de ese versículo está contenido ese Nombre de Dios, es decir, están contenidas las 3 letras del Nombre de Dios. En realidad, la verdadera pronunciación del nombre de Dios es secreta; si supiéramos cómo pronunciarlo haría bajar tantísima energía que no podríamos canalizarla, generando caos. Al leer el versículo, conseguimos que descienda su luz de manera que podamos gestionarla adecuadamente. Según lo que dice Gozlan: “Es como recibir agua. En la proporción adecuada nos da la vida, nos quita la sed, sin embargo, en proporciones exageradas, provocaría inundaciones, riadas, y catástrofes…” Los salmos se pueden pronunciar sin peligro, aunque la mente reconstruya los Nombres de Dios, en su orden correcto.
Una vez realizados los pasos anteriores debemos proceder a realizar nuestra petición, aquello que queremos solicitar al ángel para ayudarnos en nuestra vida o para que llegue a la persona, personas o situación en la que queremos influir.
Sentiremos una gran manifestación de energía de amor y de luz, tanto interna como externa, y aprovechando esta GRACIA que se derrama sobre nosotros nos dispondremos a meditar en tranquilidad y en actitud de agradecimiento.
Es muy importante ser conscientes que, cuando se realiza una petición por invocación, jamás debemos dudar de si se cumplirá o no se cumplirá. Hemos de mantener nuestra atención plena y nuestro centro para no dejar que, en estos momentos, nos invadan las dudas. Cuando se hace una invocación a un ángel y se solicita ayuda espiritual se tiene que tener la firme certeza que la petición se va a cumplir.
Hemos de tener en cuenta que existe una máxima a nivel cósmico que dice: “Al que pide se le ha de dar” y es voluntad de la Luz que sus hijos reciban las bendiciones y la ayuda necesarias para su evolución.
Hay que entender que los espacios de nuestras casas o negocios se cargan de la energía negativa de las personas que las habitan o las visitan: las preocupaciones, miedos, angustias vitales, estrés, ansiedad, frustración, emociones de baja frecuencia en general, etc., hacen que la energía de un espacio sea densa y pesada y por ello requiere que hagamos limpiezas periódicas en esos lugares.
El fuego es uno de los principales elementos transmutadores que acompaña a los rituales y debe estar presente en todas las peticiones que hagamos.
También las podemos usar en el ámbito de nuestro trabajo, ya sea que nos dediquemos a la sanación espiritual y holística en general, en un aula si nos dedicamos a hacer cursos, en nuestras consultas del tipo que sean, en nuestros negocios para protegerlos de entidades negativas o de envidias, para atraer la prosperidad, la suerte y el éxito, la alegría, la creatividad, etc. También las podemos usar en nuestros altares para potenciar su fuerza vibracional, para dar las gracias, para guiar a los fallecidos hacia la luz, etc.
FORMULARIO DE PRESOLICITUD PARA SER EMBAJADOR OFICIAL DE SHEKINA LIGHTS
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