GUÍA DE VELAS
Guía de velas
Textos extraídos del libro “Los 72 Ángeles de la Kabbalah, el arte de obrar milagros”
1. LA ELECCIÓN DE LA VELA PARA EL RITUAl
Color
La vela que vamos a utilizar para todos los rituales con los nombres de Dios es la vela blanca, que debidamente ritualizada y consagrada, es una herramienta muy poderosa, ya que representa la iluminación espiritual y la protección divina. No debemos utilizar velas de otros colores, ya que nuestro trabajo está puramente enfocado en la Luz.
Tipo de vela y tamaño recomendado
Te recomendamos que uses las velas de parafina que son las más comunes y que podrás encontrar muy fácilmente en el mercado.
Recomendamos el uso de velas de entre 18 y 20 cm. de altura y de 7 a 8 cm. de diámetro para asegurar que los rituales tengan una duración suficiente para ser efectivos. El tiempo de velación prolongado es clave para activar la conciencia devocional y los procesos energéticos que aseguran que la petición sea atendida de forma adecuada y la transformación se realice de manera profunda y efectiva.
En Shekina Lights® recomendamos que las velas utilizadas en los rituales de invocación de los Nombres de Dios tengan unas dimensiones entre 18 y 20 centímetros de altura, y un diámetro de entre 7 y 8 centímetros. Este tamaño, que es comúnmente encontrado en velas de parafina en multitud de comercios, no es una imposición estricta, sino una recomendación basada en la efectividad que hemos observado en los rituales de velación. Si bien se puede optar por utilizar velas de diferentes tamaños, queremos justificar por qué sugerimos este formato específico.
El motivo principal para recomendar estas medidas es la duración de la velación, que con estas velas suele alcanzar aproximadamente tres días. Este periodo es ideal para los rituales que implican una devoción prolongada y una conexión consciente con la petición que se está realizando. La duración de tres días no es casual, ya que el número tres tiene un significado simbólico: es un número asociado al poder espiritual, la acción consciente y la fertilidad divina. Durante estos tres días de velación, se genera un estado de conciencia devocional que potencia el impacto del ritual.
El uso de velas más pequeñas, que arden solo durante unas pocas horas, no permite la creación de este estado devocional continuo ni la activación del poder simbólico del número tres. Además, en rituales enfocados en la transformación interna y la alquimia espiritual, es fundamental que el proceso tenga una duración adecuada, permitiendo que la energía del ritual se manifieste de manera gradual y sostenida.
Además, también recomendamos este tipo de velas porque creemos que una velación prolongada activa también poderes de protección espiritual durante toda la velación a todos los niveles. Por ejemplo, en un ritual destinado a la limpieza y armonización energética de un espacio, la velación debe mantenerse durante un mínimo de tres días para asegurar que la energía del lugar sea limpiada completamente. Del mismo modo, cuando se busca protección, la acción de una vela de estas dimensiones asegura que el ritual mantenga su efectividad durante el tiempo necesario.
2. Cómo encender la vela
La cuestión de cómo encenderlas y apagarlas, también es un punto importante; las velas deben encenderse con fósforos de madera, NO con encendedores y para apagarlas, idealmente debe usarse un “apaga-velas” o en su defecto, se puede utilizar una cucharita de café, por ejemplo. Nunca apagar las velas soplándolas, el acto de soplar las velas se considera un acto violento que interrumpe la energía que se ha estado trabajando en el ritual.
3. PRECAUCIONES
Una vez encendidas y durante la velación, se aconseja dejar las velas en un lugar donde no haya peligro de incendio. Sobre todo, presta atención a lo que está por encima de la llama, no enciendas la vela en un lugar que esté en medio de corrientes de aire o cerca de otros objetos cercanos que hagan caer la vela si hay corrientes de aire, como puertas y ventanas. Se aconseja ponerlas sobre un plato plano para que si se derrama la cera no manche innecesariamente elementos como mesas, manteles, cortinas y moquetas.
4. INTENCIÓN EN LAS PETICIONES
En general, a la hora de encender las velas es importante hacerlo con intención, las intenciones son decretos y, para eso, deben hacerse en forma afirmativa. Nunca utilizar la negación, es mejor decir: “deseo que mi vida se llene de Gracia” en vez de decir: “deseo que No venga a mi lo negativo”.
5. INSTRUCCIONES PARA GRABAR EL NOMBRE DE dIOS EN LA VELA
Todas las velas que vayas a usar en el ritual deberás prepararlas con antelación, para que cuando llegue el momento de encenderlas, para tu velación, ya estén listas para hacer la petición que necesitas, poniendo toda tu atención y enfoque en la unción de la misma y la oración al ángel.
Elegir ángel y huecograbar
Para ello, antes que nada, deberás consultar la ficha del ángel al que quieres invocar, contenida en esta guía, y grabar las 3 letras del Nombre de Dios en la vela, es decir, deberás reproducir la forma de las 3 letras hebreas en la superficie de la vela mediante huecograbado.
La manera de hacerlo consistirá en usar algún punzón, un palito con la punta afilada, un mondadientes por ejemplo o un palillo de los que se usan en los restaurantes de comida asiática al que le puedes afilar la punta con un “cutter”. Este tipo de herramienta es aconsejable que sólo la uses para estos menesteres y las conserves en tu altar, en un lugar en el que tengas el resto de objetos que sueles usar para el ritual. Sé consciente de que, todo lo usado en tu trabajo con los ángeles, queda cargado energéticamente con la Luz de la Gracia y hay que tener un respeto y cierta solemnidad con las herramientas, los aceites, los apuntes, etc.
Para “huecograbar” la vela, deberás tumbarla, haciéndola reposar sobre la superficie plana de una mesa (te recomendamos que, debajo de la misma pongas un paño, mantelito o tela, a poder ser de algodón, para que la vela descanse sobre una superficie mullida, con el objeto de que no se mueva cuando la estés grabando y para no ensuciar la mesa).
Coloca la vela con la mecha a tu derecha y empieza a grabar de derecha a izquierda, es decir, desde la mecha a la base de la vela (recuerda que en hebreo se escribe y lee de derecha a izquierda). Entonces toma la primera letra de la derecha del Nombre de Dios que hayas elegido y grábala, en primer lugar, luego la de en medio y por último la de la izquierda. (ver ejemplo en la imagen).
Mientras grabas la vela, hazlo con plena conciencia y disposición, en actitud receptiva. Tu deseo debe enfocarse en la idea de que tanto tú como la vela seáis llenados por la protección de la GRACIA, la LUZ y el AMOR de DIOS. Reza una oración, recita tu mantra preferido, canta una canción de agradecimiento, canta un armónico si sabes cómo. Si no se te da bien ninguna de estas cosas, ponte una música relajante que te ayude a elevar la conciencia. Se trata de hacer esta labor con plena atención y cuidado devocional. Cada elemento del ritual es sagrado y lo primero y más importante es la actitud y tu estado de conciencia.
Para los que, como yo, os gustan las cosas estéticamente bonitas y cuidadas, podéis repasar la línea del grabado con pintura para cristal, que se vende en tiendas de bellas artes en tubo. Los hay de varios colores, pero debéis usar el dorado, que también lo hay en distintos tipos de oro (no importa que tipo, el que más os guste). Los más conocidos son los de la marca “PEBEO”. Ni que decir tiene que este proceso no es necesario para la efectividad del ritual, pues lo determinante es grabar las 3 letras del Nombre de Dios en hebreo.